Fuente: http://mar-estrella.blogspot.mx/2006/10/el-escultor-sergio-peraza-da-los.html
El estudio del escultor Sergio Peraza está en calma. Ahí no se respira otra cosa que sensibilidad y entrega al trabajo. La intensa luz del mediodía ilumina con nitidez el busto de David Silveti que será fundido en bronce. El artista ha captado el gesto elegante del torero y en los finos rasgos modelados en plastilina, se advierte una compenetración del escultor con el personaje. A la obra “solamente le falta hablar”, que se dice.
La carcajada contagiosa de Pancho Villa parece escucharse en todo el estudio. A tres metros de distancia, el busto del general revolucionario contrasta con la gravedad del gesto de Benito Juárez, otra de las obras que pronto saldrán a la calle.
Ser hijo del famoso Humberto Peraza no sólo motiva a Sergio, sino que además le confiere la seguridad de haber encontrado un estilo propio: “Me he dedicado al retratismo porque haciendo escultura taurina es muy difícil superar a mi padre”. Sin embargo, el más pequeño de los vástagos del maestro yucateco se perfila como un escultor con sello al que fascina encontrar el verdadero “yo” de sus modelos.
“Siempre quise hacer un retrato de David porque lo admiraba mucho”, confiesa sin apartarse del busto al tiempo que da los últimos retoques. “Pero en esa época apenas comenzaba y él nada más tenía ojos para mi padre”. La sencillez de sus palabras invaden el recinto y poco a poco va delineando en el rostro de David hasta el más mínimo detalle.
“Hace rato estuvo aquí Diego, el hijo de David. No lo conocía y me impresionó el gran parecido físico que tiene con su padre. Cuando le mostré el busto quedó impactado. Esa es la reacción que pretendo en el espectador de mis obras. En este caso, fue muy significativo el encuentro de ambos”.
A Diego le gustó que le dejara el flequillo sobre la frente. También dio algunos consejos acerca del terminado que debe tener parte de la mejilla izquierda. Para el escultor fue importante analizar el hueso frontal de la cabeza de Diego, pues es muy parecido al de su padre.
Hace una semana viajó a Salamanca para visitar la casa de David Silveti. El escultor considera relevante conocer los objetos del personaje que va a plasmar, así como acercarse al entorno que le rodeaba para percibir ciertos aspectos que ayudarán a dar el mejor acabado a la obra.
“Me agrada sentir el llamado del modelo, sobre todo cuando pasan algunas horas y no le he hecho ningún cambio. Voy y vengo; hago otras pendientes y, de pronto, vuelvo a la obra para toparme con ella nuevamente. De otra manera se convierte en un trabajo mecánico”.
Es en la intimidad de su estudio donde se abandona a esta gran pasión heredada de su padre: “El está muy complacido con la obra porque también admiraba a David Silveti, y se presentará en el marco del homenaje que le harán próximamente a mi papá en León”.
Los tres bustos que fundirá Sergio Peraza están patrocinados por el famoso “Panteón Taurino”. El sábado 21 de octubre se develará el primero en el local de Irapuato y por la tarde tendrán lugar las otras dos develaciones en los restaurantes de León. “Será muy emotivo porque va a estar ahí la familia de David Silveti. Juan, su padre, presenció la inauguración del León que esculpió mi padre a finales de los cincuentas, y que se ha convertido en el emblema de la ciudad”.
A Sergio le gustaría que una obra de Silveti se colocara en la plaza México, pero para eso necesita un patrocinador y en las cuestiones tocantes al arte los mecenas escasean.
De momento, está orgulloso de haber hecho el retrato de David Silveti. Y si la inmortalidad la genera el paso de los grandes hombres por la historia, la refinada sensibilidad de Sergio Pereza es capaz de inmortalizar la esencia que permanecerá atrapada en un bronce con alma.
REPORTAJE / Un bronce con alma
Por: Juan Antonio de Labra , México
http://www.burladerodos.com/nota.asp?31877
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