Inmortaliza el escultor Sergio Peraza al compositor Salvador “Chava” Flores
** El busto de bronce creado por Peraza se develó el 9 de octubre de 2002
Escuchar a Chava Flores es pedirle a la memoria que reviva imágenes y momentos de la Ciudad de México de los años cincuenta; es deambular en el recuerdo por las tradicionales colonias citadinas; es mover a la imaginación y recrear personajes como La Bartola o El Pobre Tom. Es por ello y dada la importancia de su legado, que a manera de homenaje, en la Plaza de los Compositores Mexicanos se develó el busto de este gran compositor, cuya imagen inmortalizó en bronce el escultor Sergio Peraza.
Fue cerca de un mes el que le llevó al artista hacer este busto, tiempo en el cual Peraza recibió toda la ayuda por parte de la familia Flores, quienes se entrevistaron con el artista para contarle recuerdos, enseñarle fotografías y mostrarle las canciones del compositor. “La verdadera imagen de Chava Flores me la cuenta la familia con anécdotas, con cariño, y luego veo las fotos, leo los libros, es decir que estudio al personaje” comenta el artista.
Para la elaboración de este busto, Sergio Peraza comenta que siempre se hizo acompañar de la música de Chava Flores, cuyos personajes no pudieron dejar de manifestarse. “Cuando estaba trabajando, se repetió varias veces la canción del Gato Viudo e inevitablemente con las manos en la plastilina, lo plasmé detrás del busto, bailando en medio la ciudad. Finalmente Chava Flores fue un cronista de la ciudad y es por eso que se me ocurrió poner esa imagen a la espalda del busto, fue algo muy espontáneo”.
Pero la realización de un busto va más allá de observar una fotografía o escuchar una canción. “Es importantísimo saber qué es lo que siente la familia y la gente que lo conocía, saber cómo se acuerdan del papá y esas cosas. Hay quienes lo conocieron ya grande y tienen recuerdos muy claros de sus arrugas o “patas de gallo”, hay quienes se acuerdan que cuando reía hacía la boca chueca… todas esas cosas que te son de gran ayuda, sobre todo en un rostro como en el de Chava Flores donde “cada centímetro de sonrisa te dice algo”, explica Peraza.
Así, después de recopilar toda la información que los familiares y amigos del personaje le otorgaron, el escultor se encierra a trabajar. “Llega un momento cuando empiezo a descifrar el enigma del rostro. Esa es una cuestión absolutamente emocional, aparte del oficio y la técnica, tengo que llenarme del personaje y disfrutarlo, porque tengo que hacer una creación nueva de Chava Flores. De repente ya está el rostro en plastilina expresivo y con ayuda de mi hermana Patricia Peraza-también escultora-, le damos los toques finales ante las hijas y la viuda del Compositor en mi estudio quienes que me dan con mucha emoción y sentimiento la aprobación y visto bueno” concluye Sergio Peraza.
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