El busto escultórico aparece en mi obra desde mis inicios profesionales.
Es una rama difícil pues precisa grandes cualidades para la observación, sólidos conocimientos técnicos y sensibilidad especial para captar la personalidad del modelo.
Foto del busto del poeta Efraín Huerta Guanajuato en proceso. Atrás tres retratos, Concha Urquiza, Luis Nishizawa y Mario Vargas Llosa.
Mi Influencia: Mi Padre
Un modelo que retraté en escultura con mucho cariño, fue mi padre QEPD.
Él me inculcó desde niño la pasión por la escultura, y me formó en este duro oficio. A él es a quien debo mi aprendizaje inicial en el retrato escultórico
Su influencia…
A inicios de la década de los de 50’s, mi padre se formó académicamente en la antigua Escuela de Arte de la UNAM, la Academia de San Carlos.
Su maestro de escultura, de quien aprendió a hacer retrato, fue el escultor monumentalista Ignacio Asúnsulo. (en la foto con el poeta Enrique González Mtz 1959).
En 1919, un joven, Ignacio Asúnsulo viaja a Europa pensionado por el Gobierno de Mexico.
En Madrid y París, aprende de los maestros Mariano Benlliure y Antoine Bourdelle respectivamente.
Benlliure, magnífico escultor español entre dos siglos XXIX y XX fue aprendiz del escultor Juan San Martín Serna. Bourdelle fue uno de los discípulos más destacados del gran Auguste Rodin.
Estos son antecedentes históricos de los maestros retratistas que me preceden y a quienes yo admiro.
Por esto, desde hace años estoy comprometido como continuador y sucesor de esta rama clásica de la escultura.
Si hago “retratos escultóricos”, es por una responsabilidad histórica -ademas de un gusto personal-.
Es porque me siento fascinado por llevar la dimensión humana a una masa inerte.
Sergio Peraza
Espíritu y personalidad en unos kilos de plastilina, de yeso, de bronce, materia transformada que te mira, te trasmite una enigmática y preciosa humanidad..
El tiempo me ha puesto en este privilegiado lugar, y es por esto, que también emana una buena parte de mi inspiración. Sergio Peraza Avila
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